La necesidad de actuar frente a la crisis climática nunca ha sido tan clara. En 2023 se han batido récords de calor en todo el mundo. Parece que todos los días hay noticias de condiciones meteorológicas extremas que ponen en peligro la vida de las personas. En julio, el secretario general de la ONU, António Guterres, anunció sombríamente que «ha llegado la era de la ebullición global». En resumen, hay mucho en juego en la cumbre sobre el clima que se celebrará entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre. Pero hay un gran problema: la COP28, la última de la serie anual de conferencias de las partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), se celebrará en Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Se trata de un país con un espacio cívico cerrado, donde la disidencia está penalizada y los activistas son detenidos sistemáticamente. También es una potencia de combustibles fósiles empeñada en seguir extrayendo petróleo. En las cumbres multi
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