Es el 4715, el del "Gallo de Fuego". En Oriente empezaron con los típicos fuegos artificiales.
Millones de chinos, tanto en el país como en las comunidades del extranjero, celebran hoy con festejos y fuegos artificiales la llegada del Año del Gallo de Fuego, que según los astrólogos traerá "cambios drásticos" y "confusión".
Ciudades y pueblos de toda China, excepto aquellos que lo tienen prohibido debido a la contaminación, estuvieron anoche 'bombardeados' por petardos y fuegos artificiales en sus calles, encendidos para ahuyentar malos espíritus y asegurarse de que el gallo canta el amanecer de un año próspero para los orientales. En Pekín, donde los artefactos pirotécnicos sonaron por toda la ciudad hasta altas horas de esta madrugada, la milenaria costumbre provocó que el primer día del año 4715 para el calendario chino esté envuelto en smog, esta vez causado por la pólvora y no por los automóviles, ya que las calles están inusualmente vacías de tráfico, consignó esta mañana la agencia de noticias EFE.
El presidente Xi subrayó que en estos 12 meses "el pueblo chino tiene sueños y un gran espíritu trabajador para realizarlos", en el discurso que el jueves pasado pronunció en el Gran Palacio del Pueblo para dar la bienvenida a las fiestas.
Muchos chinos se despertaron hoy temprano, tras una noche de grandes banquetes familiares, para intentar ser los primeros en hacer ofrendas a los dioses en los templos de todo el país.
En Pekín, el recinto religioso más concurrido esta mañana fue el Templo Lama, donde unas 80.000 personas hacían cola desde las seis para pedir riqueza y salud a las deidades budistas que adornan el santuario, de inspiración tibetana.
Cerca de allí, en el Templo de la Tierra, se organizó una ofrenda a imitación de las que los emperadores hicieron allí durante siglos con el comienzo del año: actores disfrazados de soldados de la dinastía Qing escoltaron a otro encarnado en emperador amarillo, que encendió incienso y se arrodilló en un gran altar de plegarias.
Año Nuevo chino da comienzo a siete días de vacaciones, el llamado Festival de la Primavera, en el que los que viven lejos de su hogar, entre ellos millones de inmigrantes rurales y de estudiantes universitarios, disfrutan de días en familia.
Son los únicos días en los que la mayoría de las tiendas y restaurantes del país, donde los domingos son un día más, estarán cerrados, y las calles de metrópolis como Pekín presentan un aspecto vacío que no se conoce en el resto del año. Las celebraciones finalizan en 15 días con la llamada Fiesta de los Faroles.
Además de los banquetes, en los que el plato principal son los "jiaozi" (ravioles chinos), otro protagonista de la festividad son los "hongbao", sobres rojos con dinero -muchos de ellos digitales- que se entregan a familiares y amigos, incluso a los niños.
Año Nuevo Chino 2017
El “Año Nuevo Chino” también conocido como el Festival de Primavera, es la celebración más importante de las fiestas tradicionales chinas. El 28 de Enero de 2017 comienza el año 4715 según el calendario tradicional chino, y corresponde con el Año del Gallo.
Es un período lleno de celebraciones, que se inicia con el Día de Año Nuevo y termina con la Fiesta de las Linternas de 2017, el decimoquinto día del primer mes. Se suceden visitas a familiares, comidas especiales y fuegos artificiales. Todo el mundo lo celebra, sobre todo durante los tres primeros días del festival.
La Víspera del Año Nuevo, los miembros de la familia que viven fuera de casa hacen un esfuerzo especial para retornar al hogar y compartir una gran comida. Por esa razón los transportes públicos suelen estar sadurados durante estas fechas.
Como en todas festividades chinas suelen estar acompañadas de la gastronomía típica. Los platos que se preparan para esta ocasión son considerados como símbolos de buena suerte.
Para recibir a la “Fiesta de Primavera” la gente limpia sus casas con escobas viejas, que luego se tiran a la basura. Cuelgan carteles rojos con versos poéticos en sus puertas, decoran con cuadros del Año Nuevo Chino en las paredes y faroles rojos. Se lanzan fuegos artificiales y petardos, con la esperanza de alejar la mala suerte y atraer la prosperidad. Los niños reciben dinero de sus familiares, y es tradición cerrar las tareas pendientes de cara al Año Nuevo, por lo que es importante pagar las deudas.
El calendario chino es diferente al que usamos nosotros (calendario gregoriano). Se basa en los ciclos lunares mientras que el occidental está marcado por el ciclo solar. Esto es algo que ya causaba graves problemas a los agricultores chinos en la antiguedad, por la dificultad de fijar las estaciones para las cosechas.
Es un período lleno de celebraciones, que se inicia con el Día de Año Nuevo y termina con la Fiesta de las Linternas de 2017, el decimoquinto día del primer mes. Se suceden visitas a familiares, comidas especiales y fuegos artificiales. Todo el mundo lo celebra, sobre todo durante los tres primeros días del festival.
La Víspera del Año Nuevo, los miembros de la familia que viven fuera de casa hacen un esfuerzo especial para retornar al hogar y compartir una gran comida. Por esa razón los transportes públicos suelen estar sadurados durante estas fechas.
Como en todas festividades chinas suelen estar acompañadas de la gastronomía típica. Los platos que se preparan para esta ocasión son considerados como símbolos de buena suerte.
Para recibir a la “Fiesta de Primavera” la gente limpia sus casas con escobas viejas, que luego se tiran a la basura. Cuelgan carteles rojos con versos poéticos en sus puertas, decoran con cuadros del Año Nuevo Chino en las paredes y faroles rojos. Se lanzan fuegos artificiales y petardos, con la esperanza de alejar la mala suerte y atraer la prosperidad. Los niños reciben dinero de sus familiares, y es tradición cerrar las tareas pendientes de cara al Año Nuevo, por lo que es importante pagar las deudas.
El calendario chino es diferente al que usamos nosotros (calendario gregoriano). Se basa en los ciclos lunares mientras que el occidental está marcado por el ciclo solar. Esto es algo que ya causaba graves problemas a los agricultores chinos en la antiguedad, por la dificultad de fijar las estaciones para las cosechas.
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