El gremio rechazó la increíble propuesta de los bancos. Sospechan que el Gobierno está detrás de ese número tan bajo.
El gremio de los bancarios rechazó de modo contundente la insólita propuesta de los bancos para las paritarias 2018: 9% de aumento. Ese número estaría entre 8 y 15 puntos por debajo de cualquier cálculo de inflación.
Para el gremio La Bancaria, que conduce Sergio Palazzo, el Gobierno de Mauricio Macri está detrás de esa iniciativa: "Bajo el paraguas protector del Gobierno (los bancos) insistieron en su propuesta del 9% de aumento, cuando tanto el promedio de aumento de precios al consumidor del año 2017, como las estimaciones para 2018 superan ampliamente esa cifra”. "Es obsceno", agregaron.
El Gobierno pretende paritarias por debajo de la inflación para seguir con su línea de ajuste que empezó hacia fines del año pasado. El número elegido parece estar alrededor del 15%, que sería la cifra de inflación proyectada para el 2018. Todos los especialista reconocen, en cambio, que la suba de precios estará más cerca del 20%. ¿Los trabajadores formales perderán 5%?
Además, desde La Bancaria volvieron a reclamar que se active la cláusula gatillo estipulada en la paritaria del 2017. “Se adoptarán medidas de acción directa cuando se incurra en el incumplimiento de dicha cláusula de actualización salarial", advirtieron.
Los trabajadores suelen realizar las tareas de desflore de 7 a 13 horas y por la tarde de 14 a 17 durante un período que se extiende de 20 a 40 días. El problema es que en muchas estancias en las que trabajan a la hora del almuerzo ni siquiera les permiten salir del maizal. “En el campo que Advanta tiene en la localidad bonaerense de Salto los trabajadores me contaron que desde hace diez días los tienen almorzando fiambre abajo del sol, en el mismo lugar donde trabajan”, aseguró a PáginaI12, Juan Moukarzel, referente de los peones santiagueños. Los trabajadores que están allí desde mediados de diciembre provienen del departamento de Salavina, ubicado en el sur de Santiago del Estero.
Una situación similar viven los peones que están trabajando en la estancia “La Angélica” en la localidad de Rojas, donde son empleados por Satus Ager, firma creada en 1996 que se dedica a la exportación de semillas de soja, maíz, trigo, sorgo y girasol. Allí la alimentación también es a cielo abierto en los campos húmedos y los trabajadores denuncian que el agua potable de la que disponen es escasa. En este caso, la mayoría proviene del departamento santiagueño de Loreto.
Satus Ager ya fue denunciada en enero de 2011 por explotar trabajadores en el establecimiento Doña Clementina, de la localidad bonaerense de Arrecifes. “Muchos operarios se estaban aseando a la intemperie entre troncos caídos ayudados por baldes plásticos que, aunque no tenían ninguna inscripción, presuntamente eran envases de agroquímicos. Dormían en condiciones de hacinamiento total”, detalló entonces el informe realizado por inspectores de los ministerios de Trabajo de Nación y provincia de Buenos Aires.
A raíz de esas situaciones, en abril de 2011 la Comisión Nacional de Trabajo Agrario dictó la resolución 11/2011 donde estableció condiciones generales de trabajo para peones agrarios temporarios y en julio la resolución 46/11 que regula a quienes trabajan en la actividad semillera. Allí se establece que las empresas deben cumplir con requisitos mínimos sanitarios y de alojamiento para sus trabajadores, incluyendo espacios cubiertos con destino a comedor donde el piso no sea de tierra y haya asientos suficientes para el conjunto de los trabajadores.
Los peones denuncian que no se cumplen con esas condiciones porque las regulaciones se han ido relajando. Antes incluso las autoridades de Nación y provincia de Buenos Aires coordinaban con el Ministerio de Trabajo de Santiago del Estero y con las empresas para tratar de tener el dato preciso de cuántos peones iban a llegar, en qué fechas y a qué campos para poder supervisar las condiciones de trabajo, pero esa tarea logística ya no se lleva adelante y los trabajadores relatan que muchas empresas han vuelto a cometer los mismos abusos por las que ya habían sido denunciadas.
“Los despedidos somos miembros de la lista Celeste y Blanca dentro del gremio de la alimentación”, resaltó el delegado, Luciano Greco a Radio Caput, quien denunció “persecución sindical” y señaló que el motivo dado por la empresa fue el “bajo rendimiento” de los despedidos.
“Son términos del momento para mencionar la reforma laboral en curso”, aseguró el dirigente y comentó que la planta estará paralizada hasta la reincorporación de todos trabajadores.
Para Greco, los despidos “son de persecución” y para “meterle miedo a los compañeros”, porque la familia Pérez Companc es dueña de la firma y “no tiene dificultades económicas”.
“Esta maniobra va de la mano de las políticas del gobierno de Mauricio Macri, la empresa está envalentonada y quiere imponer la reforma laboral”, concluyó.
El gremio de los bancarios rechazó de modo contundente la insólita propuesta de los bancos para las paritarias 2018: 9% de aumento. Ese número estaría entre 8 y 15 puntos por debajo de cualquier cálculo de inflación.
Para el gremio La Bancaria, que conduce Sergio Palazzo, el Gobierno de Mauricio Macri está detrás de esa iniciativa: "Bajo el paraguas protector del Gobierno (los bancos) insistieron en su propuesta del 9% de aumento, cuando tanto el promedio de aumento de precios al consumidor del año 2017, como las estimaciones para 2018 superan ampliamente esa cifra”. "Es obsceno", agregaron.
El Gobierno pretende paritarias por debajo de la inflación para seguir con su línea de ajuste que empezó hacia fines del año pasado. El número elegido parece estar alrededor del 15%, que sería la cifra de inflación proyectada para el 2018. Todos los especialista reconocen, en cambio, que la suba de precios estará más cerca del 20%. ¿Los trabajadores formales perderán 5%?
Además, desde La Bancaria volvieron a reclamar que se active la cláusula gatillo estipulada en la paritaria del 2017. “Se adoptarán medidas de acción directa cuando se incurra en el incumplimiento de dicha cláusula de actualización salarial", advirtieron.
Peones rurales cada vez más indefensos
Un grupo de obreros rurales traídos desde Santiago del Estero para llevar adelante el desflore del maíz en campos bonaerenses denunciaron estar siendo sometidos a condiciones insalubres de trabajo. Las semilleras Satus Ager y Advanta son las empresas cuestionadas.
Un grupo de obreros rurales traídos desde Santiago del Estero para llevar adelante el desflore del maíz en campos bonaerenses denunciaron estar siendo sometidos a condiciones insalubres de trabajo. Las semilleras Satus Ager y Advanta son las empresas cuestionadas.
El desflore comienza en octubre en el norte de Santiago del Estero, Catamarca y Salta y se extiende hasta noviembre. Desde mediados de diciembre y fines de marzo la tarea se traslada a algunas zonas de la provincia de Buenos Aires como Pergamino, Rojas, Salto, Junín, Venado Tuerto y San Nicolás. También abarca el sur de Santa Fe y Córdoba, principalmente en Villa María.Los trabajadores suelen realizar las tareas de desflore de 7 a 13 horas y por la tarde de 14 a 17 durante un período que se extiende de 20 a 40 días. El problema es que en muchas estancias en las que trabajan a la hora del almuerzo ni siquiera les permiten salir del maizal. “En el campo que Advanta tiene en la localidad bonaerense de Salto los trabajadores me contaron que desde hace diez días los tienen almorzando fiambre abajo del sol, en el mismo lugar donde trabajan”, aseguró a PáginaI12, Juan Moukarzel, referente de los peones santiagueños. Los trabajadores que están allí desde mediados de diciembre provienen del departamento de Salavina, ubicado en el sur de Santiago del Estero.
Una situación similar viven los peones que están trabajando en la estancia “La Angélica” en la localidad de Rojas, donde son empleados por Satus Ager, firma creada en 1996 que se dedica a la exportación de semillas de soja, maíz, trigo, sorgo y girasol. Allí la alimentación también es a cielo abierto en los campos húmedos y los trabajadores denuncian que el agua potable de la que disponen es escasa. En este caso, la mayoría proviene del departamento santiagueño de Loreto.
Satus Ager ya fue denunciada en enero de 2011 por explotar trabajadores en el establecimiento Doña Clementina, de la localidad bonaerense de Arrecifes. “Muchos operarios se estaban aseando a la intemperie entre troncos caídos ayudados por baldes plásticos que, aunque no tenían ninguna inscripción, presuntamente eran envases de agroquímicos. Dormían en condiciones de hacinamiento total”, detalló entonces el informe realizado por inspectores de los ministerios de Trabajo de Nación y provincia de Buenos Aires.
A raíz de esas situaciones, en abril de 2011 la Comisión Nacional de Trabajo Agrario dictó la resolución 11/2011 donde estableció condiciones generales de trabajo para peones agrarios temporarios y en julio la resolución 46/11 que regula a quienes trabajan en la actividad semillera. Allí se establece que las empresas deben cumplir con requisitos mínimos sanitarios y de alojamiento para sus trabajadores, incluyendo espacios cubiertos con destino a comedor donde el piso no sea de tierra y haya asientos suficientes para el conjunto de los trabajadores.
Los peones denuncian que no se cumplen con esas condiciones porque las regulaciones se han ido relajando. Antes incluso las autoridades de Nación y provincia de Buenos Aires coordinaban con el Ministerio de Trabajo de Santiago del Estero y con las empresas para tratar de tener el dato preciso de cuántos peones iban a llegar, en qué fechas y a qué campos para poder supervisar las condiciones de trabajo, pero esa tarea logística ya no se lleva adelante y los trabajadores relatan que muchas empresas han vuelto a cometer los mismos abusos por las que ya habían sido denunciadas.
Despidos en Molinos Río de La Plata
Seis operarios fueron echados de la fábrica Molinos Río de la Plata en Esteban Echeverría. Los trabajadores paralizaron la producción como protesta. El delegado, Luciano Greco, denunció “persecución sindical”.
Como réplica de lo que sucede en el sector público, el sector privado no se detiene en el rumbo de destrucción de puestos de trabajo. Ahora la situación se da en la poderosa alimenticia Molinos Río de La Plata.“Los despedidos somos miembros de la lista Celeste y Blanca dentro del gremio de la alimentación”, resaltó el delegado, Luciano Greco a Radio Caput, quien denunció “persecución sindical” y señaló que el motivo dado por la empresa fue el “bajo rendimiento” de los despedidos.
“Son términos del momento para mencionar la reforma laboral en curso”, aseguró el dirigente y comentó que la planta estará paralizada hasta la reincorporación de todos trabajadores.
Para Greco, los despidos “son de persecución” y para “meterle miedo a los compañeros”, porque la familia Pérez Companc es dueña de la firma y “no tiene dificultades económicas”.
“Esta maniobra va de la mano de las políticas del gobierno de Mauricio Macri, la empresa está envalentonada y quiere imponer la reforma laboral”, concluyó.
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