El sarampión avanza en un país con presupuestos escasos para prevención.
Se confirmaron dos casos de sarampión en la Ciudad de Buenos Aires y otro en la provincia. Son dos niñas de 11 meses y otra de tres años. Ninguna estaba vacunada contra la enfermedad. Pese a haber dado positivo en el diagnóstico, las tres presentan buena evolución, según informaron desde la Secretaría de Salud de la Nación, que reemplazó al Ministerio de Salud por decisión del gobierno nacional.
La enfermedad que afecta a la región encuentra a Argentina sin Ministerio de Salud; por ende, sin presupuestos acordes para tareas de promoción y de prevención. Además, se suma el factor del movimiento antivacunas. El último caso endémico de sarampión se registró en Argentina en 2000.
Desde la Secretaría de Salud, a través de su sitio web, indican que entre los 12 meses y los cuatro años inclusive, los niños deben acreditar al menos una dosis de vacuna triple viral (sarampión-rubéola-paperas). Los mayores de cinco años y adultos deben acreditar dos dosis de vacuna con doble o triple viral después del primer año de vida. Las personas nacidas antes de 1965 no necesitan vacunarse porque se consideran inmunes. Quienes deban viajar a Brasil también deben inmunizarse 15 días antes del viaje.
Los casos no son aislados; el avance de la enfermedad se produce a nivel regional. Brasil reporta en su última actualización 24.011 casos sospechosos, 3.339 (13,9%) de ellos fueron confirmados, mientras que 17.713 (73,8%) continúan en investigación. El número de estados afectados en el país vecino ascendió a 16. En Venezuela, entre la semana 26 de 2017 y hasta la semana 52 de 2018, se notificaron 9.101 casos sospechosos de los cuales 6.395 fueron confirmados (727 en 2017 y 5.668 en 2018).
En este contexto, la Secretaría de Salud delega a las provincias y a los municipios «arbitrar los medios que permitan desarrollar las actividades de investigación epidemiológica y control en forma oportuna así como también reportar al nivel nacional la evolución de las mismas».
Se confirmaron dos casos de sarampión en la Ciudad de Buenos Aires y otro en la provincia. Son dos niñas de 11 meses y otra de tres años. Ninguna estaba vacunada contra la enfermedad. Pese a haber dado positivo en el diagnóstico, las tres presentan buena evolución, según informaron desde la Secretaría de Salud de la Nación, que reemplazó al Ministerio de Salud por decisión del gobierno nacional.
La enfermedad que afecta a la región encuentra a Argentina sin Ministerio de Salud; por ende, sin presupuestos acordes para tareas de promoción y de prevención. Además, se suma el factor del movimiento antivacunas. El último caso endémico de sarampión se registró en Argentina en 2000.
Desde la Secretaría de Salud, a través de su sitio web, indican que entre los 12 meses y los cuatro años inclusive, los niños deben acreditar al menos una dosis de vacuna triple viral (sarampión-rubéola-paperas). Los mayores de cinco años y adultos deben acreditar dos dosis de vacuna con doble o triple viral después del primer año de vida. Las personas nacidas antes de 1965 no necesitan vacunarse porque se consideran inmunes. Quienes deban viajar a Brasil también deben inmunizarse 15 días antes del viaje.
Los casos no son aislados; el avance de la enfermedad se produce a nivel regional. Brasil reporta en su última actualización 24.011 casos sospechosos, 3.339 (13,9%) de ellos fueron confirmados, mientras que 17.713 (73,8%) continúan en investigación. El número de estados afectados en el país vecino ascendió a 16. En Venezuela, entre la semana 26 de 2017 y hasta la semana 52 de 2018, se notificaron 9.101 casos sospechosos de los cuales 6.395 fueron confirmados (727 en 2017 y 5.668 en 2018).
En este contexto, la Secretaría de Salud delega a las provincias y a los municipios «arbitrar los medios que permitan desarrollar las actividades de investigación epidemiológica y control en forma oportuna así como también reportar al nivel nacional la evolución de las mismas».
Las plataformas tecnológicas y la precarización laboral
Diego Rubinzal acerca de la nota de su autoría que publicó este domingo Página 12 Nuevos precarizados. Empleados de las plataformas tecnológicas: Uber, Rappi, Glovo, Pedidos Ya.“La economía de plataformas forma parte de una tendencia mundial, son empresa trasnacionales, norteamericanas, inglesas, catalanas, hay una colombiana.”
“Cuando comenzó el gobierno de Cambiemos hubo muchos que dijimos que no se iban a generar puestos de trabajo y de que íbamos a entrar en una situación de precarización laboral. Recuerdo que en un acto donde Macri anunció la eliminación de las retenciones a las exportaciones el Momo Venegas dijo algo que Macri también había dicho, pero el Momo Venegas le puso número, dijo que a raíz de esa medida se iban a crear dos millones de puestos de trabajo en el campo. Yo hice una nota diciendo que eso era falso y la historia lo ha demostrado.”
“Hoy tenemos menos empleados privados registrados que en diciembre de 2015. No es un estancamiento, es peor que eso. Todos los años se tienen que crear 170 mil puestos de trabajo para hacer frente a la demanda laboral que se incorpora. El modelo económico que llevó adelante el macrismo produjo un empeoramiento en todos los indicadores laborales. Aumentó la desocupación, la subocupación, cayó el salario, y a parte de todo esto, más precarización laboral. Y en esa precarización laboral uno de los elementos distintivos que empezaron a aparecer son los famosos repartidores.”
“Están los que plantean que hay que prohibirlos, yo no estoy de acuerdo. Ese tipo de prohibiciones terminan siendo inconducentes, incontrolables, uno no puede luchar contra la tecnología. Los viejos ludistas en la revolución industrial querían romper las máquinas para detener el avance tecnológico, porque se decía que quitaba puestos de trabajo. Vos no podés luchar contra eso.”
“Creo que hay que buscar formas de regulación para que este colectivo no esté tan desamparado. Y no es un problema argentino, es un problema mundial. El tema de las economías de plataformas es una de las grandes discusiones que hoy se está dando en la Organización Internacional del Trabajo que plantea la necesidad de regular esto y de que encaucemos la tecnología en favor del trabajo decente y de respetar derechos laborales mínimos.”
“Si estamos hablando de la necesidad de regular, eso no se hace solamente de abajo hacia arriba con una ley, sino creando relaciones de fuerza en la sociedad, y uno de los pilares para eso son los sindicatos. La experiencia de formar un sindicato y empezar a pensar esa relación capital trabajo es el camino, y no una prohibición, porque los mismos trabajadores están en contra. Lo que ellos quieren es que se le aseguren derechos mínimos, que tengan determinados seguros, de si le roban la bicicleta la empresa también se haga responsable. En ese tipo de cuestiones, entre otra, hay que ir trabajando para que este universo de trabajo no esté tan desprotegido.”
“Cuando comenzó el gobierno de Cambiemos hubo muchos que dijimos que no se iban a generar puestos de trabajo y de que íbamos a entrar en una situación de precarización laboral. Recuerdo que en un acto donde Macri anunció la eliminación de las retenciones a las exportaciones el Momo Venegas dijo algo que Macri también había dicho, pero el Momo Venegas le puso número, dijo que a raíz de esa medida se iban a crear dos millones de puestos de trabajo en el campo. Yo hice una nota diciendo que eso era falso y la historia lo ha demostrado.”
“Hoy tenemos menos empleados privados registrados que en diciembre de 2015. No es un estancamiento, es peor que eso. Todos los años se tienen que crear 170 mil puestos de trabajo para hacer frente a la demanda laboral que se incorpora. El modelo económico que llevó adelante el macrismo produjo un empeoramiento en todos los indicadores laborales. Aumentó la desocupación, la subocupación, cayó el salario, y a parte de todo esto, más precarización laboral. Y en esa precarización laboral uno de los elementos distintivos que empezaron a aparecer son los famosos repartidores.”
“Están los que plantean que hay que prohibirlos, yo no estoy de acuerdo. Ese tipo de prohibiciones terminan siendo inconducentes, incontrolables, uno no puede luchar contra la tecnología. Los viejos ludistas en la revolución industrial querían romper las máquinas para detener el avance tecnológico, porque se decía que quitaba puestos de trabajo. Vos no podés luchar contra eso.”
“Creo que hay que buscar formas de regulación para que este colectivo no esté tan desamparado. Y no es un problema argentino, es un problema mundial. El tema de las economías de plataformas es una de las grandes discusiones que hoy se está dando en la Organización Internacional del Trabajo que plantea la necesidad de regular esto y de que encaucemos la tecnología en favor del trabajo decente y de respetar derechos laborales mínimos.”
“Si estamos hablando de la necesidad de regular, eso no se hace solamente de abajo hacia arriba con una ley, sino creando relaciones de fuerza en la sociedad, y uno de los pilares para eso son los sindicatos. La experiencia de formar un sindicato y empezar a pensar esa relación capital trabajo es el camino, y no una prohibición, porque los mismos trabajadores están en contra. Lo que ellos quieren es que se le aseguren derechos mínimos, que tengan determinados seguros, de si le roban la bicicleta la empresa también se haga responsable. En ese tipo de cuestiones, entre otra, hay que ir trabajando para que este universo de trabajo no esté tan desprotegido.”
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