En el último mes, el número de personas que se quedó sin trabajo asciende ya a 20.000, todos cumplían funciones en el Estado a nivel municipal o nacional. En el sector empresarial, la cifra llegaría a los 10 mil.
Por Florencia Golender
Se actualizó el mapa de despidos en la administración pública y la situación se replica en el sector privado, donde el número de puestos perdidos estaría llegando a 10.000.
En tanto, en lo que va de la semana se cesantearon 100 empleados contratados del Ministerio de Trabajo y se despidieron otros 130 de la Secretaría de Comercio, el escándalo se lo llevó la empresa estatal de telecomunicaciones Arsat, donde el número llegaría a 300.
El número de personas que se quedaron sin trabajo en el último mes asciende ya a 20.000, todos cumplían funciones en el Estado a nivel municipal o nacional, todos forman parte del proyecto de “revisión de contratos” y anti “ñoquis” del gobierno nacional.
Pero la preocupación atraviesa al país de punta a punta, más allá de cualquier bandera política. En La Rioja, por ejemplo, se detectaron 700 despidos, en Mendoza 1.000 docentes fueron desvinculados, en Tierra del Fuego se habla de 500, y la lista sigue.
Las novedades
En el Ministerio de Trabajo una asamblea convocó a una concentración para mañana frente a la cartera laboral en rechazo a 100 cesantías de empleados contratados.
En la Secretaría de Comercio se definieron 130 desvinculaciones, según dejaron trascender desde el gobierno la mayoría de ellos “eran ñoquis”, y unos 40 respondían a Guillermo Moreno, ex secretario.
En tanto, no hubo precisiones respecto a Arsat, si bien el nuevo presidente, Rodrigo De Loredo, confirmó “22 despidos en cargos jerárquicos, ningún científico”; desde la CTA indicaron que el número llega a 300.
Además, durante todo el día de ayer circuló en las redes sociales un mensaje del ingeniero Gustavo Varela, quien contó “me echaron de Arsat” aunque aclaró “no guardo rencor con los que votaron este cambio”.
Órbita privada
El panorama se agrava al tener en cuenta que la situación está arrastrando al ámbito privado, donde con la excusa del “sinceramiento” se registraron bajas en el rubro metalúrgico, cerámica, petróleo, construcción, gastronomía, alimentos, prensa y transporte.
Según evaluó el Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, que conduce Pablo Michelli, el total de puestos de trabajo perdidos en la órbita privada es de 10.000.
A modo de ejemplo, la Cerámica San Lorenzo instó esta semana a unos 100 operarios a apegarse a un programa de retiros voluntarios (ver página 2). En paralelo, la Unión Obrera Metalúrgica de La Plata advirtió que podría haber unos 57 despidos en la planta autopartista que la empresa PSA Peugeot-Citroen tiene en la localidad de Jeppener, aunque desde la compañía lo negaron.
En Santa Fe, los trabajadores del frigorífico Frideco se reunieron la semana pasada en el Ministerio de Trabajo, luego de que la empresa cerrara sus puertas y dejara en la calle a más de 100 trabajadores.
Se suma el conflicto laboral en la avícola Cresta Roja, los despidos en empresas del Grupo Techint y la textil Felsom, proveedora de la marca Kevingston, entre otros.
En el caso de Kevingston, la empresa tomó la decisión de reemplazar la ropa confeccionada en la Argentina por importada, y esto pone en riesgo el trabajo de más de 60 empleados locales.
súmale 630 en Moreno
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