Las dos CTA, organizaciones sociales y partidos de izquierda protestaron contra el Gobierno en la Plaza de Mayo y pasadas las 16,30hs comenzó la desconcentración
Las dos CTA, organizaciones sociales y partidos de izquierda protagonizaron esta tarde una masiva marcha en la Plaza de Mayo para protestar contra el Gobierno.
Uno de los primeros oradores en el acto central fue Hugo Yasky, quien aseguró que las movilizaciones continuarán “hasta que cambie la política económica” de la Casa Rosada.
Yasky, líder de la CTA de los Trabajadores, resaltó que “el pueblo va a seguir saliendo a la calle” para “volver al Gobierno”.
“Como lo hicimos después del golpe del 55, como lo volvimos a hacer después de la dictadura genocida o después del neoliberalismo de los ´90, siempre el pueblo ha vuelto para construir la esperanza y para que nuestros hijos empiecen a ver que pueden cambiar para bien”, sostuvo el dirigente gremial.
Yasky cuestionó además el viaje oficial del presidente Mauricio Macri a Estados Unidos al señalar que el mandatario nacional “debe tener las rodillas entumecidas” por estar “mucho tiempo de rodillas” ante quienes “ven a la Argentina, a Brasil y a la región como el patio trasero” del mundo.
A continuación, Pablo Micheli consideró que “no alcanza con un paro” y amenazó: “O se cae este modelo económico o estos tipos dejan el gobierno”.
Micheli dijo además que “no es cierto que la única alternativa que tenemos como pueblo es aceptar esta vergüenza y deshonra que tenemos como Gobierno y a FMI” y sostuvo que “hay que convencer a nuestro pueblo de que hay otro camino”.
“Hay que abrir las paritarias, lograr un aumento de emergencia para trabajadores, recuperar la industria nacional y parar los despidos. Nuestro futuro no está en la especulación y en la timba: ése es el futuro de los vagos que nos gobiernan”, apuntó.
Una nueva unidad Por Jorge Cicuttin.
Las dos CTA, organizaciones sociales y partidos de izquierda protagonizaron esta tarde una masiva marcha en la Plaza de Mayo para protestar contra el Gobierno.
Uno de los primeros oradores en el acto central fue Hugo Yasky, quien aseguró que las movilizaciones continuarán “hasta que cambie la política económica” de la Casa Rosada.
Yasky, líder de la CTA de los Trabajadores, resaltó que “el pueblo va a seguir saliendo a la calle” para “volver al Gobierno”.
“Como lo hicimos después del golpe del 55, como lo volvimos a hacer después de la dictadura genocida o después del neoliberalismo de los ´90, siempre el pueblo ha vuelto para construir la esperanza y para que nuestros hijos empiecen a ver que pueden cambiar para bien”, sostuvo el dirigente gremial.
Yasky cuestionó además el viaje oficial del presidente Mauricio Macri a Estados Unidos al señalar que el mandatario nacional “debe tener las rodillas entumecidas” por estar “mucho tiempo de rodillas” ante quienes “ven a la Argentina, a Brasil y a la región como el patio trasero” del mundo.
A continuación, Pablo Micheli consideró que “no alcanza con un paro” y amenazó: “O se cae este modelo económico o estos tipos dejan el gobierno”.
Micheli dijo además que “no es cierto que la única alternativa que tenemos como pueblo es aceptar esta vergüenza y deshonra que tenemos como Gobierno y a FMI” y sostuvo que “hay que convencer a nuestro pueblo de que hay otro camino”.
“Hay que abrir las paritarias, lograr un aumento de emergencia para trabajadores, recuperar la industria nacional y parar los despidos. Nuestro futuro no está en la especulación y en la timba: ése es el futuro de los vagos que nos gobiernan”, apuntó.
Una nueva unidad Por Jorge Cicuttin.
La terrible crisis económica y social del 2001 terminó con enfrentamientos en las calles, los que costaron varias vidas.
Previo a los choques de diciembre de ese año y también en los meses posteriores, se podía ver como dos sectores que manifestaban sus reclamos en las calles lo hacían de manera diferenciada.
Por un lado estaba el movimiento obrero organizado, los sindicatos, la CGT que se oponía a las medidas económicas del gobierno de Fernando De la Rúa y su ministro de Economía, Domingo Cavallo.
Por otro lado, marchaban los llamados piqueteros. Esas organizaciones de desocupados, que crecieron del largo período de desempleo tanto en el Gran Buenos Aires como en diversas localidades del interior. Los piquetes en rutas y calles le dieron su nombre y ayudaron a contener en un espacio naciente a aquellos desocupados que ya no tenían representación en los sindicatos tradicionales.
Tenían las mimas preocupaciones, iguales padecimientos, pero protestaban desde veredas distintas.
Los movimientos piqueteros fueron reconvirtiéndose en las llamadas organizaciones sociales. Con una mayor presencia en la discusión de políticas sociales, lo que hizo que hasta sean considerados por los distintos gobiernos a la hora de negociar los subsidios para los más necesitados.
La impresionante marcha a Plaza de Mayo de este martes lo que ha hecho es confirmar en las calles una situación política nueva –que se venía gestando desde hace un tiempo-, que es la unión entre el movimiento obrero organizado y los piqueteros.
Ocupados y desocupados encuentran un espacio de referencia en la unidad contra la política económica. Ya lo venían manteniendo las dos ATE, lo hizo el nuevo movimiento sindical liderado por Hugo Moyano, y de alguna manera está comenzando a aceptarlo la CGT.
Cuando en el 2001 y comienzos del 2002 la clase media tenía su dinero “atrapado” en los bancos, se escuchaba en las manifestaciones la frase “piquete y cacerola, la lucha es una sola”.
Hoy esa unidad se da entre los movimientos sociales y los sindicatos. Un nuevo escenario político a tener en cuenta.
Previo a los choques de diciembre de ese año y también en los meses posteriores, se podía ver como dos sectores que manifestaban sus reclamos en las calles lo hacían de manera diferenciada.
Por un lado estaba el movimiento obrero organizado, los sindicatos, la CGT que se oponía a las medidas económicas del gobierno de Fernando De la Rúa y su ministro de Economía, Domingo Cavallo.
Por otro lado, marchaban los llamados piqueteros. Esas organizaciones de desocupados, que crecieron del largo período de desempleo tanto en el Gran Buenos Aires como en diversas localidades del interior. Los piquetes en rutas y calles le dieron su nombre y ayudaron a contener en un espacio naciente a aquellos desocupados que ya no tenían representación en los sindicatos tradicionales.
Tenían las mimas preocupaciones, iguales padecimientos, pero protestaban desde veredas distintas.
Los movimientos piqueteros fueron reconvirtiéndose en las llamadas organizaciones sociales. Con una mayor presencia en la discusión de políticas sociales, lo que hizo que hasta sean considerados por los distintos gobiernos a la hora de negociar los subsidios para los más necesitados.
La impresionante marcha a Plaza de Mayo de este martes lo que ha hecho es confirmar en las calles una situación política nueva –que se venía gestando desde hace un tiempo-, que es la unión entre el movimiento obrero organizado y los piqueteros.
Ocupados y desocupados encuentran un espacio de referencia en la unidad contra la política económica. Ya lo venían manteniendo las dos ATE, lo hizo el nuevo movimiento sindical liderado por Hugo Moyano, y de alguna manera está comenzando a aceptarlo la CGT.
Cuando en el 2001 y comienzos del 2002 la clase media tenía su dinero “atrapado” en los bancos, se escuchaba en las manifestaciones la frase “piquete y cacerola, la lucha es una sola”.
Hoy esa unidad se da entre los movimientos sociales y los sindicatos. Un nuevo escenario político a tener en cuenta.
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